01 agosto, 2009

Hoy

Camino en la cuerda floja, puedo caer o a llegar al otro lado, pero las chances son iguales, caminando desespero, me calmo, y vuelvo a desesperar.
Al final del abismo que atraviezo estás vos, con tus ojos almendra y tu sonrisa perfecta. Pero si miro hacia abajo... si miro hacia abajo solo veo un negro infinito dispuesto a dejarme caer por siempre, sin estrellas de las que me podría sujetar, solo un largo y oscuro camino al fin.
Trato de ir paso por paso, pero no puedo ni pensar donde poner la punta de mi pie, me concentro en ese momento, pero no poder llegar a vos me desequilibra, tiemblo, te grito y no me escuchás, tengo tanto miedo de caer.
El tiempo no existe, y solo escucho el eco de los latidos de mi corazón ausente. Te busco en tu mirada, pero aunque me mirás fijo, no me ves. Veo tu cuerpo erguido casi inmóvil y en tus manos, una hoja plateada que marcará mi destino brilla con tanta intensidad que de a momentos me ciega y esa visión de tu cuerpo desapareciendo en la oscuridad es la premonición de mi caída.