10 octubre, 2009

retorno

Que eterno saber que me soñaste
que mejor saber que te soñé
entre tantas caras efímeras.
Tan fugaz y tan profundamente
que el impás de lo incierto
no me desespera tanto como lo haría ayer.
La sonrisa primera que causaste en estos días de tormenta
no se borrará por la distancia.
Te recuerdo, y la paz que me provoca
descubrirte como una America salvaje,
retorna a mi, me envuelve, me eleva
y me canta al oído para que pueda hoy dormir.